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300 recetas para ahorrar

300 recetas para ahorrar

Anna Prandoni, Fabio Zago, Laura Landra, Margherita Landra

 

Verlag De Vecchi Ediciones, 2020

ISBN 9781646998548 , 656 Seiten

Format ePUB

Kopierschutz DRM

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18,99 EUR

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300 recetas para ahorrar


 

PARTE 1: AHORRAR DINERO


Elegir bien y gastar menos

Según una opinión generalizada la buena cocina resulta costosa, porque requiere ingredientes de precio elevado. Se trata de una convicción carente de fundamento y este libro ofrece la demostración palpable de que incluso los productos más sencillos y habituales y aquellos menos usados por los grandes chefs pueden transformarse en platos deliciosos, con un sabor único y la misma dignidad que cualquier receta de alta cocina. La elección, por otra parte, es muy amplia: no es cierto que para ahorrar sea necesario limitarse a una reducida gama de productos, basta con cambiar la perspectiva.

En realidad existe una amplia variedad de productos alimenticios poco costosos. Pensemos por un momento en la cocina tradicional de las diferentes regiones; algunos productos sencillos típicos de una zona son desconocidos en otras. Basta, por tanto, con saber valorar estas diferencias. Es necesario aprender las recetas que realzan estos ingredientes, porque en este tipo de cocina la técnica resulta fundamental: tiempo de cocción, corte, instrumentos... Si se utilizan mal, los ingredientes económicos se convierten en un arma de doble filo. Es fácil cometer errores, pero también lo es crear auténticas obras maestras, dignas de un gourmet, partiendo de una materia prima sencilla y económica.

Naturalmente, aunque se trate de ingredientes de coste irrisorio, es necesario tener en cuenta la calidad.

La carne

Tras la aparición de los primeros casos de la enfermedad de las vacas locas, las carnes no bovinas, que antes se consideraban económicas, aumentaron de precio; a pesar de todo, siguen siendo una buena opción para quien desea cuidar al mismo tiempo su alimentación y su cartera.

Entre las carnes blancas se sitúa en primer lugar el pollo, sobre todo si se eligen carnes no procesadas. Compre el ave entera y trocéela en casa; puede congelar las porciones y utilizarlas más tarde en diferentes preparaciones. Esta idea, válida para el pollo, puede ser útil también en otros animales pequeños, que resultan muy convenientes si se compran de este modo.

También el pavo, más sabroso y de carne magra, es un ingrediente que debe tenerse en cuenta cuando se desea ahorrar; para él valen los mismos consejos dados para el pollo.

Si pasamos a las carnes rojas, el cordero constituye una buena elección: naturalmente, no las costillas o la pierna, que son caras, pero sí la espalda, el pecho o el cuello, que son sabrosos y económicos.

No debemos olvidar, claro, el cerdo en su totalidad: las costillas, el solomillo, el lomo, etc., además de derivados como las salchichas, muy sabrosas y fáciles de preparar, para platos exquisitos y económicamente interesantes.

El pescado

Entre los pescados, los denominados pescados azules son los que ofrecen una mejor relación calidad-precio. Sardinas, boquerones y caballas representan una buena elección cuando se desea comer pescado de calidad y con unas características nutricionales destacables. Además, puede prepararse de múltiples maneras. La dificultad es elegir el tipo de pescado, pero el resultado siempre es un plato sabroso y sano.

También la merluza presenta valores nutricionales adecuados y es un ingrediente bastante económico que puede utilizarse en las recetas más variadas.

Entre los pescados de nivel superior, el más económico es, sin duda, el salmón.

Entre los más apreciados, para un domingo de fiesta, se pueden elegir lubinas, doradas y truchas de piscifactoría: su sabor delicado y la firmeza de su carne marcan la diferencia.

Para condimentar la pasta o bien como plato único consistente y muy sabroso, puede optar por los mejillones; quizá pase bastante tiempo limpiándolos, pero constituyen una buena alternativa para una comida económica y deliciosa.

Darse un pequeño lujo: el salmón

Los salmones depositan sus huevos en aguas poco profundas y los lechos de los ríos son el lugar ideal para su reproducción.

La calidad del salmón fresco depende sobre todo de su fase de desarrollo: los mejores son los denominados argentados, que han pasado como mínimo un año en el mar, donde han encontrado alimento en abundancia y han acumulado grasa. De este modo, su carne resulta sabrosa y delicada y la distribución de la grasa le confiere una suavidad inigualable y al mismo tiempo firmeza. La mejor parte, si la grasa se encuentra bien distribuida entre las fibras, es la zona central del cuerpo, de la que se obtiene el filete, protagonista de tantas recetas exquisitas.

El color de un salmón sabroso debe ser rosa anaranjado, con la característica vivacidad que lo hace tan adecuado para la presentación. Los grandes salmones pescados en invierno presentan una carne menos suave y delicada. Son menos apreciados los salmones mayores de tres años, que se caracterizan por poseer una mandíbula inferior muy curvada hacia arriba.

Verduras y fruta

Indispensables para una correcta alimentación y para elaborar platos completos desde el punto de vista nutricional, las verduras tienen que seleccionarse cuidadosamente para evitar gastos innecesarios.

Son preferibles las verduras de temporada. Los tomates de invierno resultan costosos y no ofrecen la satisfacción esperada: el cultivo en invernadero no garantiza el mismo sabor y las cualidades organolépticas que ofrecen el sol y las temperaturas elevadas.

Además de las verduras de temporada existen otras que siempre resultan económicas, sea cual sea el momento en que se decida a utilizarlas: patata, remolacha, zanahoria, hinojo, cebolla, brécol, coliflor o col. Con recetas adecuadas e imaginativas incluso las hortalizas más comunes se convertirán en una exquisitez.

Para comprar verduras y hortalizas a mejor precio que en las grandes superficies, visite el mercado, pues la oferta es mucho más amplia. Si se convierte en un comprador asiduo de algún vendedor, le reconocerá y le aconsejará sobre sus productos frescos.

Todo lo dicho para la verdura también puede aplicarse a la fruta: dé preferencia a la de temporada y compre en el mercado.

Comprar en grupo

Si vive en una gran ciudad, puede dirigirse al mercado central de frutas y verduras como alternativa a la compra tradicional; el trato directo con los mayoristas puede representar un gran ahorro.

Recuerde, no obstante, que en el mercado central sólo pueden comprarse cajas enteras de frutas y verduras. Si la cantidad resulta excesiva para usted, forme un «grupo de compra» con amigos, parientes o vecinos con los que compartir estas adquisiciones. Se trata de una opción que resulta muy práctica y que sorprende por el ahorro que puede conseguirse con ella.

Como alternativa, en la actualidad cabe la posibilidad de contactar por internet con agricultores que ofrecen sus productos directamente, sin intermediarios, en lotes que incluyen diferentes variedades y cuyo reducido precio hace que resulte interesante aun en el caso de que se tenga que incluir el coste del transporte.

Huevos y quesos

No se deben consumir en exceso, pero comer un huevo a la semana es correcto desde el punto de vista nutricional y muy económico. La tortilla es un plato equilibrado y sustancioso, y resulta muy agradable de comer.

En lo que respecta a los quesos, es necesario elegir cuidadosamente: son preferibles las especialidades de la zona, que normalmente tienen un precio inferior en su lugar de origen. Otros quesos tienen un precio similar en todos los lugares: el requesón, que se utiliza tanto en platos dulces como salados, o el gruyer, que se emplea en rellenos o se consume fresco.

El yogur, desnatado o entero, es un aderezo interesante para algunas ensaladas creativas pero también constituye un ingrediente de bizcochos ligeros y suaves, adecuados para el desayuno.

Pasta, polenta y pan

Sémola de trigo duro y agua: estos son los dos únicos elementos que forman la maravillosa pasta, un alimento nutritivo y accesible a todos los bolsillos.

En su producción no se utilizan colorantes, conservantes ni aditivos, lo que supone una ventaja desde el punto de vista de la salud y de la nutrición, y aporta proteínas e hidratos de carbono imprescindibles para nuestro organismo.

Cosecha tras cosecha, el trigo se transforma según un proceso de elaboración perfeccionado continuamente: del amasado al trefilado o el secado, las mejoras son constantes. Gracias a este progreso incesante la pasta ha mantenido sus valores naturales a un precio realmente competitivo.

El color dorado, el aspecto íntegro y homogéneo, la carencia de burbujas e irregularidades y el aroma agradable son requisitos fundamentales que nos permiten valorar la buena calidad.

Si se parte de esta buena base, se puede experimentar con los más variados condimentos y formas, que resultan innumerables.

Por otra parte, no debe faltar en nuestra despensa harina de maíz, ya que con ella puede elaborarse la polenta: con un gasto muy reducido se prepara una comida buena y abundante.

La polenta se emplea como guarnición de carnes con salsa o, asada a la parrilla, como acompañamiento de embutidos y quesos. Puede utilizarse para elaborar originales aperitivos o entremeses o...