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Parterres - Composición y cuidados

Parterres - Composición y cuidados

Edward Bent, Aldo Colombo

 

Verlag De Vecchi Ediciones, 2020

ISBN 9781646998678 , 48 Seiten

Format ePUB

Kopierschutz DRM

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4,99 EUR

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Parterres - Composición y cuidados


 

Diseño de parterres

FACTORES AMBIENTALES

Diseñar un parterre no significa escoger, comprar y cultivar alguna planta.

Para tener un parterre florido, hay que considerar numerosos factores:

 el clima;

 el suelo;

 los elementos naturales y arquitectónicos;

 el color.

Parterre mixto. Fotografías de ©Maxi Media Italia - 2000

El clima

En primer lugar, hay que tener muy en cuenta el clima local: ¿se puede plantar en el exterior sin peligro de heladas? ¿Cómo está orientado el jardín y cómo le afecta el viento (y si vivimos cerca del mar, la salinidad marina)? Donde queremos plantar, ¿es un lugar seco y soleado o húmedo y umbroso?

Bordura mixta de floración estival. Fotografías de ©Maxi Media Italia - 2000

El suelo

Una pequeña investigación de base nos permitirá conocer las condiciones del terreno con antelación.

Excavamos un pequeño hoyo de unos 25 cm de profundidad y «observamos» la tierra excavada para comprobar si es blanda, arcillosa y apelmazada o arenosa y rica en piedras:

 un suelo blando y oscuro es más fértil;

 un suelo arenoso drena mejor;

 un suelo arcilloso retiene mejor el agua.

Si el conjunto del área no fuese idóneo, se puede crear un parterre elevado o una rocalla. La estructura del suelo se puede mejorar con materia orgánica, como estiércol muy maduro, compost de jardín o humus de materiales diferentes como paja, corteza, desechos de papel, cascabillo de arroz. Es importante comprobar los materiales disponibles en nuestra localidad.

Hay que medir el pH (ácido o alcalino) del suelo; en los comercios venden un equipo con una carta indicadora: el color amarillo indica un pH neutro (7); valores más altos, hacia el verde, indican suelos alcalinos, y más bajos, hacia el rojo, suelos ácidos. En general, un suelo idóneo tiene un pH de 6-6,5, pero existen excepciones: las azaleas, los rododendros y los brezos necesitan terrenos ácidos, mientras que las vivaces son más tolerantes.

Bordura mixta de floración primaveral. Fotografías de ©Maxi Media Italia - 2000

Los elementos naturales y arquitectónicos

Hay que tener en cuenta el efecto de las paredes, de los setos y de los árboles.

Un seto filtra los vientos más fuertes reduciéndolos a corrientes de aire mientras que a ambos lados de un sólido muro pueden formarse peligrosos vórtices. A causa de las raíces superficiales y de la absorción de humedad por parte de los setos, es necesario dejar cierto espacio entre el margen de la bordura y el seto. Se deben hacer las mismas consideraciones con las paredes/muros y las plantas trepadoras.

En el caso de los árboles, la mejor zona para la plantación es en torno al tronco, pero, dadas las irregularidades de la superficie y de las raíces, es necesario hacer un parterre de unos 15-25 cm de altura. Evite plantar alrededor de árboles de hoja perenne. Algunos elementos arquitectónicos pueden provocar igualmente una sombra parcial, lo que se deberá tener en cuenta a la hora de escoger las plantas.

Los colores

Es muy divertido escoger las plantas teniendo presentes los colores y los contrastes.

Para adquirir cierta habilidad hay que aprender a conocer el «círculo cromático»: dividido en seis segmentos, con los tres colores primarios (rojo, amarillo y azul), de los que derivan todos los demás, opuestos el uno al otro, mientras que los colores colindantes armonizan mejor, como el rojo, el naranja y el amarillo; los blancos y los grises son importantes para separar y resaltar los colores más vivos.

EL CÍRCULO CROMÁTICO

Un jardín donde predomina el color de las rosas. Fotografías de ©Maxi Media Italia - 2000

LOS TRABAJOS DE CONSTRUCCIÓN

Si queremos incluir un área pavimentada o hacer un parterre elevado, es mejor programarlo con tiempo, teniendo en cuenta las otras «estructuras arquitectónicas», como escalones, arcos, pérgolas, setos, paredes y la posición de los árboles y de los ornamentos de jardín. Los parterres elevados pueden realizarlos quienes sean hábiles o con la ayuda de un albañil.

La zona debe ser abierta. Se excavarán los cimientos para sostener los muros, construidos con ladrillos, bloques de cemento o piedras. Las paredes pueden tener una altura de entre 30 cm y 1 m, y una anchura que permita acceder a las plantas. También se puede utilizar madera, pero estará tratada y será menos resistente. Acabadas las paredes, hay que trabajar la tierra en la base del parterre y rellenar el nivel inferior con un estrato de grava, que se cubrirá con una lámina de polietileno o de material similar que disponga de agujeros para el drenaje. Tras rellenar el parterre de humus de jardín de buena calidad, hay que dejarlo reposar algunas semanas. Con madera o materiales alternativos, se pueden construir parterres más pequeños, de unos 3-4 m de largo, de diferentes alturas y anchuras, que se complementen unos con otros. El fondo de estos «contenedores» puede rellenarse con detritus de polietileno para reducir el volumen de tierra necesario y para que sean ligeros al moverlos.

Parterre elevado (posibilidad modular). (Fotografía de E. Bent)

Un parterre elevado de tulipanes y almizcleñas. Fotografías de ©Maxi Media Italia - 2000

En lo referente a los colores de las plantas, los claros y sus combinaciones son relajantes y adquieren valor por la noche y en los días sombríos. Los colores intensos se perciben mejor a plena luz y de lejos.

El verde representa el elemento «coordinador» del conjunto, el fondo, y tiende a atenuar los colores. El blanco los separa y los refuerza; en verano es muy refrescante y puede dar luz a las zonas oscuras del jardín.

Los factores a considerar son muchos, así que es mejor empezar con temas sencillos, empleando un único color de base (de diferentes tonalidades) y un número limitado de variedades de plantas (los parterres amarillos son muy fáciles de obtener ya que existe una extensa gama de plantas).

También se puede intentar programar la floración de pequeños parterres monocromos, de manera que empiece en un grupo cuando acabe en otro. En los jardines pequeños se debería dedicar a los parterres monocromos sólo un área limitada. Si se prefiere un solo color, se puede variar la forma de las flores o de las inflorescencias (espigas, umbelas, panículas, etc.) combinando diferentes tonalidades del follaje, del verde más claro al más oscuro. Como regla general:

 el rojo combina con el amarillo y el azul;

 el amarillo (clavelón) con el violeta (verbena y petunia);

 el azul con el naranja, el azul claro y el rosa.

En cuanto a la combinación del color de las flores con el de las hojas:

 el follaje verde-azul-gris queda bien con el amarillo, el azul y el blanco;

 las hojas de color bronce, rosáceas o purpúreas contrastan con el azul fuerte y con los colores vivos;

 el follaje gris y plateado armoniza con casi todos los colores.

LA ELECCIÓN DE LAS PLANTAS

Una vez adquiridos los conocimientos y las nociones pertinentes, se puede empezar a pensar en el tipo de parterre florido o bordura que se quiere crear y en los efectos que se pretenden conseguir. Finalmente podemos elegir las plantas. No es necesario adquirirlas, se pueden hacer germinar a partir de la semilla o sembrar esquejes.

El deber de escoger las plantas podría infundir cierto temor, dada la variabilidad de los factores y el no saber de qué especies dispone el centro de jardinería o el vivero local.

Tulipanes y narcisos bordean el sendero de un parque. Fotografías de ©Maxi Media Italia - 2000

La «Guía para la selección de las plantas» (véanse páginas *) puede ayudar a elegir lo que más le interesa. Se complementa con informaciones detalladas sobre algunas especies importantes. En definitiva, cuando se elige una planta hay que considerar como factores principales:

 el tipo de suelo;

 el periodo de floración;

 la sombra, seca o bien húmeda;

 la exposición al viento;

 la resistencia a la sequedad;

 el color de la flor;

 las plantas tapizantes o altas (que podrían necesitar un tutor);

 los arbustos útiles.

Como factores secundarios las plantas pueden desempeñar...